Un domingo cualquiera en mi casa en Buenos Aires.
Taty, con 88 años, llegando, con un vestido blanco con azul, a tomar el te para recibir una noticia: nos quedamos en la ciudad indefinidamente.
Un budín hecho en mi máquina milagrosa (porque soy pésima para cocinar), un te de frutos rojos y una charla confidencial abriendo todo un nuevo mundo: quiero que escribas mis memorias, Nicolita (como ella me dice).
Mis miedos internos activados al segundo. La ilusión, el privilegio, el honor de contar sus historia. El tiempo siempre jugando en contra. Y, por fin, aquí estamos.
Esto pasó el día en el que sellamos este acuerdo y empezamos este camino, el 03 de abril de 2021 (¡encontré la fecha exacta!)
EP2: Tatiana y yo (segunda parte)